martes, 7 de septiembre de 2010

La ciudad

Camino sin rumbo, solo por la ciudad.
Mi mirada se va perdiendo hacia el suelo,
Contemplo como mis pies, uno tras el otro,
aparecen ante mis ojos,
para volver a desaparecer,
y volver a aparecer,
y volver a desaparecer...

Mis pies saben mejor que yo, a donde van,
al menos no dejan de caminar.
Cambio la mirada, intento pararla, pero sube y sube…

Mientras camino, no veo las estrellas,
las farolas no me dejan ver por encima de los edificios.

Hay un señora en un balcón.
la única casa con señora en el balcón,
la única casa con balcones.
En los edificios, no hay nadie,
al menos en las ventanas.
Todos están aquí abajo, caminan…

Mi mirada baja, buscando mis compañeros caminantes.
Solo veo nucas, todos se miran a los pies,
preguntándoles, a donde vamos…
Nadie mira hacia arriba, nadie mira al frente.
Alguna cara que se me cruza, no tiene balcones,
no me mira.

Sigo caminando sin rumbo,
solo por la ciudad,
a donde me lleven mis pies,
que saben a donde van.

viernes, 3 de septiembre de 2010

¿Lo has visto?¿Te ha escrito?

Hay un vagabundo que te escribe algo en su silla, a la puerta de un bar.

Sólo si él quiere, si pone el sombrero boca arriba en su mesita,
para que después del cigarrillo o la cerveza, se le llene de la voluntad.

Si no quiere, lo pondrá hacia abajo, no te va aceptar nada,
no te va a escribir nada hoy, no insistas, vuelve a intentarlo otro día.

“Miss Escritos”, le llaman, sólo por el color rosa fucsia de su sombrero,
que a veces esconde, su barba blanca y su bigote rubio-indefinido de nicotina.

Él, dice que perdió su nombre, con su letra, en el año XX, y que ahora no se llama,
que cualquier nombre es bueno, incluso ninguno.

Siempre que alguien, entienda su letra...